jueves, 19 de septiembre de 2013

La cámara fotográfica

Aquel día prometía ser especial, ya que desde chico oí hablar de la feria de antiguedades y nunca había podido ir. Pero ese día fuí con mi abuelo.
Yo tenía que presentar un trabajo escrito que hablara acerca de las antiguedades en deshuso, y estaba seguro que allí encontraría todo el material necesario.
En un momento sentí una molestia en la cabeza y noté que unas personas se disculpaban conmigo por haberme pegado sin querer. Le resté importancia ya que no había sentido nada.
La feria estaba muy concurrida. Los vendedores pregonaban su mercancía a viva voz. Los sonidos se confundían creando extraños ruidos en el ambiente.
A los pocos metros encontré una cámara fotográfica muy antigua, de esas que llevan un rollo de ocho fotos solamente.

- Todavía conserva el rollo -me dijo el vendedor-

El veterano que la ofrecía, mostraba un gesto de simpatía al tiempo que me observaba a travez de sus pequeños anteojos.

- Era de mi esposa, nunca llegó a usarla por temor a dañarla. En relidad su abuelo le había dicho que las cámaras fotográficas capturaban el alma del fotografiado.
- Por qué la vende? -le pregunté-.
- Para que alguien la pueda aprobechar. Mejor dar las cosas en vida a quien uno quiera, que esperar el reparto abusivo cuando uno no esté.
- Ademas -agregó- cuando la compré, me dijeron que era mágica!
- Mágica?
- Si, cuando me la vendieron no quisieron contarme por qué, pero dijeron que en cuanto revelara las fotos me iba a dar cuenta.

Miré a mi abuelo que había presenciado la conversación, quien hizo un gesto de aprobación al ver que su precio era por demas accesible.
Compré entonces la cámara y antes de irme el vendedor me dice:

- No olvides que es mágica!.

Me fuí entonces pensando en que el veterano se encontraba solo y quien sabe cuantas historias se inventaba para poder sobrellevar su situación.
Esa tarde salí a recorrer el barrio. Casi sin querer, en un rato había sacado las ocho fotos disponibles de dicha cámara.
Recordé entonces el motivo de la compra y corrí a escribir para el trabajo que debía presentar.
No me podía concentrar ya que, si bien la cámara era vieja, no le veía sentido a que cayera en deshuso.
Me propuse entonces revelar las fotos para poder demostrar que aún funcionaba perfectamente.
Al otro día temprano empecé a recorrer casas de fotografía que pudieran revelar ese rollo. Todos me decían que era muy viejo, que sus equipos no aceptaban ese tipo de rollo.
Consulté a mi abuelo quien me dió la dirección de un amigo de él, que se dedicó a la fotografía.

- Quizas aún tenga el equipo para revelar esas fotos.

Llegué a la dirección y un amable señor me franqueó la puerta.

- Hola! Vengo de parte...
- Si, si -me interrumpe- tu abuelo me llamó por teléfono. Tienes el rollo?
- Aquí está!
- Vaya! Este modelo es antíguo, pero quedaban muy bien las fotografías. Ven, vayamos al baño que ya preparé todos los componentes.

El revelado de un rollo exige varios pasos. Se sumerge en varios componentes químicos que reaccionan a la exposición marcada en el momento de tomar la fotografía. En el paso final, el revelador (así le llaman a esa substancia) va dándole forma a la fotografía. Uno puede ir observando las imágenes como comienzan a aparecer en el papel como por arte de magia.

Lo increible sucedió cuando al revelar empezaron a verse extrañas fotografías muy antiguas.

- Que sucede aquí? -pregunté- Esas fotos no son mías?
- Supongo que nó, ya que esto parece ser de cuando yo era joven.

Empecé a prestar atención y noté que cada fotografía correspondía al sitio en que yo las había sacado, solo que habían cincuenta años de diferencia en lo que allí veía.
Un poco confundido recordé las palabras del vendedor acerca de que "era mágica". Decidí entonces poner un rollo nuevo para comprobar lo que estaba pasando. Salí a comprarlo, pero ya no se fabricaban desde hace muchos años.
Volví a la feria en busca del veterano, pero allí se encontraba una señora vendiendo yuyos. Le describí a la persona y la anciana comenzó a llorar.

- Disculpa hijo, sucede que la descripción me recuerda a mi esposo fallecido hace dos años.
- No fué mi intención -le respondí- y me alejé confundido.

Hoy comprendo que los compuestos químicos que forman el rollo se alteraron con el tiempo, pasando a ser sensibles a rangos de luz diferentes a los que manejamos los humanos en nuestra vida normal.
Dichos rangos de luz son formados por ondas armónicas a la frecuencia fundamental de la luz, que se enlentecen y demoran mucho mas tiempo en trasladarse (dada su baja frecuencia). Eso hizo que las fotos tomadas con ese rollo con química alterada, se plasmara con una fuente de luz invisible y con una velocidad miles de veces menor emitida muchos años antes.
El revelador logró devolver a rangos visibles esas variantes de luz, logrando fotografías de lo que allí se veía hace años. Por eso, no tiren los rollos en los que, misteriosamente, no salieron las fotos. Pueden contener imágenes de varios años antes de cuando fueron tomadas.

- Entienden lo que les conté y lo que les estoy explicando?
- Si, claro.

Un largo timbre antecede a la aparición de una enfermera quien golpeando las manos anuncia:

- Terminó el horario de la visita! Por favor que los enfermos deben descansar!

Dos personas salen del hospital siquiátrico comentando:

- Sigue con eso, no está avanzando!
- Si no hubiese recibido aquel golpe en la cabeza, hoy estaría mentalmente sano!


Carlos Giurleo
Original: 1988, Modificación: Diciembre 2002

No hay comentarios.:

Publicar un comentario