jueves, 19 de septiembre de 2013

Buscando la felicidad

Si mal no recuerdo era yo adolescente cuando comencé mi busqueda. Queria saber donde quedaba aquel lugar al que todos llamaban felicidad.
Busqué en las calles cercanas a mi casa, preguntando a las personas con la que me cruzaba, pero no obtenía respuesta alguna.
Supuce que la felicidad no estaba cerca de mi casa, asi que fui a la parada de omnibus y me quedé esperando alguno que tuviera como destino mi objetivo.
Vi pasar varios omnibus, pero ninguno con destino a la felicidad.
- Espera el 144?
Me preguntó una señora mayor.
- No se, alguno que me lleve a la felicidad.
Pareció no entenderme, de todas maneras no le di mucha importancia. Paré el siguiente omnibus, subí y le pregunté al conductor:
- Este me lleva a la felicidad?
- Pibe, dejate de joder que estoy trabajando!
Me respondió enojado.
Ahi supe que el trabajo no conduce a la felicidad.
Tomé mi bicicleta y me puse a pedalear fuerte, buscando la felicidad. Descubrí que las calles tenian nombre, por lo que pensé que la felicidad se encontraba señalizada.
Busqué mucho, mirando incansablemente los nombres y las señales, subiendo repechos, pasando calles empedradas. Pero no pude encontrar una señal que me condujera a la felicidad.
Debo conseguir un vehiculo que me permita buscar mas rápido, pensé.
Pasaron algunos meses y fui ahorrando dinero para comprarme una moto.
Luego de comprarla, reinicié mi busqueda, esta ves en lugares en donde nunca habia estado. Pero seguia sin encontrarla.
Por cada metro que avanzaba, descubria que quedaban muchos por delante. Notaba que los autos me pasaban en forma muy veloz.
Pensé que necesitaba un auto para poder encontrar lo que tanto buscaba. Asi fui cambiando de vehículos, porque siempre descubria que siempre habia uno con mejores prestaciones para movilizarse mas rápido.
Hasta llegué a olvidarme por un tiempo lo que estaba buscando.
Me habia convertido en un experto en el conocimiento de rutas, caminos, calles, etc. Dominaba a placer las señalizaciones y los controles de diferentes tipos de vehiculos.
Pero un dia, un grafitti me hizo recordar mi original motivación. Buscar la felicidad.
Con el potente auto que tenia y el conocimiento que me dió la experiencia, retomé la busqueda. Esta ves convencido que tenia lo necesario para encontrar
la felicidad.
Busqué, busqué y busqué... pero nada! Ni rastros de donde podia encontrar la felicidad.
Me detuve en una calle solitaria, bajé del auto y me senté en el cordón de la vereda a tratar de ordenar mis ideas.
Veo pasar un viejito, que caminaba muy lentamente. Se detiene, me mira y me pregunta:
- Se siente bien joven?
- Mas o menos.
Le respondí; y agregué:
- Estoy buscando la felicidad, desde hace mucho; y no la encuentro.
El viejito levantó la cabeza hacia el horizonte y dijo:
- La felicidad está muy cerca de la ignorancia.
Ahi comprendí que nunca la podría encontrar, sabía demasiado.


Carlos Giurleo
Noviembre 2007

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