jueves, 19 de septiembre de 2013

El hacedor de tiempo

Quizas no fué el hecho de que entrara alegremente al local lo que sugirió a los presentes que se trataba de, según calificación de los entendidos en cordura, un loco. Quizas fué la desinhibida magestuosidad con la que se reverenció ante la vendedora diciendo simplemente:

- Hola! Teneis algún trabajo para mi?
- Disculpe- Dijo ella.
- Si, es que procuro un empleo. Ya sabe, una labor por la cual me remuneren un salario.
- Es que... no sé... tendría que hablar con el encargado.
- Es que teneis un encargado solo para hablar? Vaya, eso si es gracioso. La gente administra mal el tiempo! Bueno, ve a buscarlo, mi hermosa flor primaveral!

La empleada caminaba sin poder dejar de mirar a aquel extraño y galante hombre que no dejaba un instante de sonreir al tiempo que le brindaba pequeños saludos con un agil movimiento en sus dedos.
A los pocos segundos apareció el encargado y dirigiéndose hacia el extraño le dijo:

- No quiero parecer descortez -le decia el encargado al tiempo que le estrechaba su mano-, pero
Interrumpe el extraño personaje:
- Antes que diga algo de lo que pueda arrepentirse, le explico. Soy la persona que siempre buscó y que hoy encontró. Soy aquel que lo puede ayudar.

Intrigado el encargado decide darle una oportunidad de diálogo.

- Vea estimado empleador, me encuentro en la búsqueda de un trabajo.
- Me parece bien, pero, por qué cree que me puede ayudar?
- Porque sé hacer lo que usted no tiene!
- A si? -dijo el encargado con un leve aire de soverbia- y que es lo que me puede ayudar? Que es lo que usted sabe hacer tan bien?
- Yo, mi estimado interlocutor, sé hacer tiempo!

Luego de unos segundos el encargado rompe en una carcajada al tiempo que decia:

- Claro! Es una broma! Verdad? Usted me está tomando el pelo!
- Mi estimado señor, como voy a bromear con un tema tan serio? La gente malgasta, normalmente, su tiempo. Bueno, yo se hacer tiempo!
- Es que, como podría contratar yo a alguien que de antemano me dice que lo que sabe hacer es: hacer tiempo?... como si no hubieran cosas por hacer! Por favor!
- Perdón, está atrasado con algún compromiso? Hay pedidos para entregar?
- Eso sí!
- Y por qué no los ha entregado? Por qué no cumple con esos compromisos?
- Porque hemos tenido que reducir personal por un problema económico, y a la empleada no le alcanza el tiempo para cumplir con todos los pedidos.
- Ve como le falta tiempo? Yo sé hacer tiempo!

Una vez mas el encargado se detiene, esta vez completamente serio, y continúa:

- Mire amigo, yo no puedo pagarle a una persona para que \"haga tiempo\" en el trabajo, no intente marearme! Le voy a pedir que se reti

Nuevamente interrumpe aquel misterioso:

- Quizas usted no me haya entendido, yo hago tiempo! No le alcanza el día para sus tareas, puedo hacer que mañana sea tambien hoy. Que cada dia tenga dos dias (solo para usted).
- Pero, no entiendo -ya un poco intrigado- como que cada dia tenga dos dias?
- Claro, cuando mañana venga a trabajar, será hoy nuevamente.
- No le creo!
- Mire, porque me ha caido en gracia le voy a hacer una demostración. Nos vemos mañana, que en realidad será hoy.

Nuestro amigo se retiró del local, no sin antes reverenciar nuevamente a la vendedora al tiempo que le dedicaba un amable piropo.

El encargado se quedó pensando brevemente, hizo un gesto de descreimiento, y se fué a su oficina.

Al otro dia es el encargado el primero en llegar, se mete presurosamente a la oficina para ultimar detalles pendientes del día anterior. Al rato irrumpe la empleada para avisarle:

- Señor, disculpe que lo moleste, pero acaba de volver el señor que se fué hace unos minutos.
- Perdón, se dice buen dia primero, no?
- Se siente bien, señor?
- Perfectamente, por que?
- Porque lo saludé hoy al entrar.

El encargado pensando en que quizas no había visto llegar a la empleada, le restó importancia al tema del saludo.

- Bien, no hay problema, que me decia? Quien me busca?
- El señor simpático que estubo recién conversando con usted. Es tan amable! Personalmente me gustaría tenerlo como compañero de trabajo.
- Perdón, señorita... ese hombre, estubo ayer conversando conmigo...
- Realmente se siente bién? El estubo hace poco menos de una hora. Habló con usted y hasta vi que en un momento usted reía, creo que entre ustedes congenian, no?

El encargado quedó petrificado, las palabras de la vendedora le sonaban extrañas en su cabeza. el estaba seguro que había transcurrido un dia desde aquel encuentro. Decidió seguir el juego con cautela por si se trataba de algún truco perfectamente armado.

- Que día es hoy, señorita?
- Martes, señor.
- Ahá... y dígame, llegó el diario de hoy?
- Claro, no recuerda que lo estubo leyendo mientras tomaba su clásico café matinal?
- Pero si hoy no lo tomé porq... -se detuvo para no despertar sospechas (confiado que se trataba de una broma).
- Si claro! Lo había olvidado! Digale a ese señor que pase!

La vendedora le franquea la entrada a nuestro desenfadado personaje quien al pasar le obsequia una pequeña flor, al tiempo que repetía su reverencia.

- Me disculpa un segundo -dijo el encargado-
- Haced lo que debas hacer -le contestó- tienes todo el tiempo que desees -concluyó sonriente-.

El encargado corre hacia el puesto de diarios para comprobar con asombro que, efectivamente, todos los diarios mostraban la fecha de ayer (por lo menos para el punto de vista de él). El diariero le pregunta:

- Que pasó? Faltó algun suplemento? Aunque los martes no trae nada, vio?

Aterrado ya, el encargado se dirige rapidamente a su oficina en donde lo esperaba aquel personaje.

- Que está haciendo? Que comedia es esta? Me quiere volver loco? Es un truco! Verdad?
- Antes que nada, el saludo... buenos dias! Porque... usted y yo sabemos que hoy es un nuevo día, verdad?
- Deje eso ya! Cual es el truco? Es una cámara oculta? Es una broma pesada?
- Uy uy uy!!! Como desperdicia usted el tiempo!! Ayer me hizo estas mismas preguntas! Así no le va a alcanzar la vida para poner en orden sus cosas.

Los ojos del encargado mezclaron ira con un dejo de admiración. Intentó calmarse respirando profundamente y exhalando lo mas rápido posible.

- Bien, que es lo que se propone? -le preguntó al extraño- Que es lo que quiere?
- Ya le dije, y usted no escuchó. Le dije que quería un trabajo y que mi especialidad es \"hacer tiempo\"

El encargado miraba casi sin pestanear al misterioso ser que le correspondía con una sonrisa amplia.

- Por que usted, si es que tiene el poder de manejar el tiempo, necesita trabajar?
- Es que yo, mi estimado, tengo tiempo de sobra! He podido hacer de todo! He logrado concretar todo lo que me he propuesto, porque todo se consigue con tiempo.
- Si, pero... por que trabajar como empleado? Usted podría ser multimillonario! Usted podría ser el dueño del mundo!
- Nunca se me había ocurrido... y digame, para que sirve ser el dueño del mundo?
- Bueno, no sé... podría tener todo lo que guste.
- Ya he tenido todo lo que he querido.
- Si, pero... puede... no sé... viajar! Tener dinero!
- El dinero!; Acaba, sin querer, de nombrar al enemigo del tiempo.
- Por que?
- Porque la gente gasta todo su tiempo por el dinero.
- Es que teniendo dinero consigues tiempo!
- Si, pero teniendo tiempo no necesitas dinero.
- Es muy complicado, el dinero hace falta para vivir.
- Para vivir solo se necesita tiempo.
- No entiendes! -molestandose un poco el encargado- Una casa se paga con dinero.
- La puedes adquirir con el tiempo.
- Veo que no nos vamos a poner nunca de acuerdo! Quien eres tu realmente?
- Puedes llamarme \"El hacedor de tiempo\". Hace poco, intenté que un amigo les explicara a los hombres del planeta sobre la importancia del tiempo.. El se presentó \"como un señor del tiempo\" y quizo crear entre todos una \"máquina del tiempo\", pero nadie entendió la propuesta.
- Y que le sucedió? algo malo?
- Oh, nada! Al que domina el tiempo terrestre, nada malo le puede suceder. El sigue siempre presente entre nosotros; sin cuerpo, pero con alma. Y todo el tiempo.
- Está bien, me convenciste! Yo sabré usar bien mi tiempo!

Coincidieron en comenzar ya mismo. Lo primero que el empleado pidió fué que mañana vuelva a ser hoy.
El hacedor de tiempo accedió no sin antes prevenirle:

- Maneja con cuidado tu tiempo. Si no lo sabes utilizar, aunque tengas mucho, pasa muy rápido!

El encargado le restó importancia y decidió comenzar por sacarse una gran duda que había tenido por muchos años, si la empleada sentía algo por él. Sabía que todo lo que hiciera hoy, mañana no iba a recordarlo. Entonces fué hacia lo de su empleada, la abrazó y la besó con inmensas ganas. La empleada, asombrada con la actuación de su superior, escapa de sus brazos en forma dificultosa y le dá un empujón que lo hace resbalar y caer al piso.

La suerte quizo que éste se golpeara la cabeza y quede inconciente.
Al despertar se encotró en un sitio totalmente desconocido para él. Notó que se trataba de una casa antigua, algunos enfermeros rondaban el lugar.

- Que me pasó? -le dijo a un enfermero que estaba a su lado- Que hago aquí?
El enfermero lo miró. En ese instante, el encargado nota que el enfermero es el hacedor de tiempo. Este le dice:
- Al fin ha despertado!
- Donde estoy? Que hace usted vestido así?
- Hubo que traerlo a un hospital. Bueno, eso hace mucho tiempo ya! Ahora soy enfermero! Nunca lo había sido antes.
- Se aburre rápido usted de los trabajos, no? Hace unas horas trabajaba para mí, y ahora ya de enfermero!
- Oh, no. Hace muchos años que trabajo aquí! Sabía que en algún momento iba usted a venir.
- No comprendo... que dice?

El hacedor de tiempo le alcanza un espejo. Aterrado el encargado comprueba con el espejo que se había convertido en un anciano, al tiempo que el hacedor de tiempo decía:

- No hay caso! Es que la gente no sabe aprobechar su tiempo!


Carlos Giurleo
Diciembre/2002

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