jueves, 19 de septiembre de 2013

El juramento Hipocrático

La medicina es para mi mas que un trabajo. Siento que cada vez que opero a alguien, tengo el poder de su vida en mis manos. Por eso me hice cirujano. Para poder profundizar mas en la responsabilidad de salvar a un ser. He logrado construir un hogar con una esposa adorable y una hija que apenas empieza a definir su vocacion.

Esta noche estoy de guardia. O sea, en relidad es una guardia en mi propia casa ya que solo me llamaran a mi celular si ocurre alguna emergencia que sea para intervencion. Se que mi especialidad hace que sea el unico en realizar intervenciones estomacales en esta pequeña ciudad, esto hace que me sienta realmente importante.

Soy medico cirujano! Mis padres no me vieron recibirme, pero cuando hice el juramento pense en ellos. Se lo dedique a ellos.

Hoy cenare en casa. Con mi esposa y mi hija. Que grande esta! En cualquier momento viene con algun galan. Ella saco la hermosura de su madre y no es de extrañar que comiencen los periodos de largas llamadas telefonicas, de bailes, amigas. A ella le enseñamos lo importante, amor familiar y por sobre todo respeto a sus semejantes. Ella vive en un mundo casi infantil, algun dia vamos a tener que hablar con ella para, de a poco, irle enseñando el mundo tal cual es. Pero aun hay tiempo. Hoy cenare con ellas.

El Doctor llegaba a su casa como tantas noches. Pero esta no iba a ser una mas. Unas luces de colores rompian la oscuridad frente al hogar del Doctor. Al llegar pudo comprobar que se trataba de dos patrulleros. Su ritmo cardiaco se acelero. Al llegar no apago siquiera el coche y entro como relampago a su casa. Alli, junto a tres oficiales se hallaba su esposa tendida en el piso sobre un charco de sangre. Sobre un sofa, su hija completamente palida y con la mirada sin objetivo, lagrimeaba mientras la cubrian con una frazada.

- Que paso! Grito el Doctor con violencia.

El oficial a cargo se presenta e intenta informar sobre lo acontecido.

- Su esposa fue ultimada despues de varias puñaladas.

- Como... quien... por que?

- No sabemos. Solo podemos aceverar que su esposa intento defenderse pudiendo herir al inadaptado. Por el rastro de sangre, que es mucha, no debe estar lejos.

El Doctor se acerca a su hija pero esta no cambia su vista de lugar.

- Que paso mi amor?

El oficial interrumpe.

- Vamos a llevarla a un hospital, tenemos sospechas de que fue violada.

- No! no puede ser! Y rompe en llantos. - Mi pequeña!

Se hace presente la ambulancia de donde rapidamente bajan los enfermeros junto con un colega del Doctor.

- No hubiese querido visitarte en estas condiciones, nuestros horarios son muy distintos.

- No puedo creer lo que estoy viviendo... Quiero ir al hospital tambien!

En la ambulancia camino al hospital suena el celular del Doctor.

- Hola?

- Doctor, tenemos una urgencia!

- Estoy yendo al hospital en este momento.

- Bien lo esperamos!

- No creo que sea buena idea que trabaje en estas condiciones. Reflecciona el oficial. - Puede usted sufrir algun tipo de descompensacion.

- Soy un profesional. Mis pacientes dependen de mi. Tengo un juramento que cumplir. Tengo una vida que salvar!

Al llegar al hospital el Doctor se encamina directamente al quirofano. Luego del riguroso aseo entra a la sala en donde ve a un hombre sobre la mesa de operaciones.

- No hay tiempo que perder Doctor! Al parecer este hombre estuvo peleando y fue gravemente herido de una puñalada! Ha perdido mucha sangre y lo encontraron a un costado del camino.

El Doctor comienza a sudar. No habia dudas que se encontraba frente al asesino y violador de su familia.

- Doctor, me escucha? Que le pasa?

Escuchaba si, y pensaba. Pensaba en muchas cosas. Pensaba en el juramento Hipocratico. Pensaba en su esposa, en su hija. En sus padres. En la delgada linea que separa el bien del mal.

El Doctor tomo el bisturi firmemente, apreto fuertemente su puño. Miro a sus compañeros de equipo, que lo miraban extrañados. La vista comenzo a nublarsele. Miro a su paciente y sin pronunciar palabra hundio el instrumento quitandole la vida casi instantaneamente. Ante el asombro de sus compañeros abandona el quirofano dejando como rastro parte de su indumentaria.

Al llegar al hall central se dirige hacia informes en procura de conocer el estado de su hija. Es interceptado por el oficial quien le anuncia que a dos cuadras de su casa encontraron al asesino violador desmayado a punto de morir a causa de la herida y que llegara en minutos al hospital para practicarle una urgente intervencion.


Carlos Giurleo
28/Noviembre/2001

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